A ciudad Los Naranjos llegó un día un poeta errante. Dicen las voces antiguas que su espíritu todavía vaga entre las callecitas circulares vestidas de fachadas coloridas cuyas ventanas dejan escapar la música de la risa.
En el corazón de la ciudad, hay un parque circular de césped verde, húmedo y fragante que pugna por destacar entre las florecillas blancas que tapizan las anchas avenidas que convergen en él, provenientes de los cuatro puntos cardinales.
En ciudad Los Naranjos se respira un aire cítrico con notas de creación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario