Cuentan los que saben que llegué a este mundo una noche húmeda de mayo, bajo el signo de géminis, con el llanto caprichoso sostenido en el pecho, esperando el momento justo para hacerme escuchar.
Cuentan los que saben que, como un designio, mi nombre fue conjurado mucho antes de mi llegada.
Cuentan los que saben que mi amor por las letras no es casual, es fruto del vínculo fuerte e infinito que me une al juglar de la infancia que contaba y cantaba para mí melodías nuevas y antiguas que aún resuenan en el vacío que dejó al convertirse en ángel.
Cuentan los que saben que viví y aún hoy vivo mi historia como una novela, que lloré y reí con y a cada personaje, y que a muchos de ellos los atesoro en mi corazón.
Cuentan los que saben que siempre di rienda suelta a mi imaginación, que mi pluma, mi voz y mi cuerpo siempre tuvieron alas, y que por eso "yo expreso".
Cuentan los que saben que la última palabra sobre mí aun no fue dicha, que la tinta del hacedor no se agota y que mi saga recién comienza.
lunes, 4 de septiembre de 2017
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